"El Tarot, más que predecir el futuro, sirve para crearlo" (Carl.G.Jung)

domingo, febrero 5

La Templanza - Guía de almas



Si intentáramos leer el significado de esta carta basándose en su nombre, descubriríamos que no resulta muy revelador. A pesar de que consideramos la templanza (la moderación) una virtud cardinal, este concepto se encuentra tan devaluado en la actualidad, que raramente se le adjudica un valor positivo. En cambio, si centramos nuestra atención en el tema de la mezcla correcta que nos presenta la imagen, habremos dado con el verdadero mensaje.
Existen muchas teorías acerca de la figura del ángel. ¿Está mezclando algo o simplemente lo está pasando de un recipiente a otro? ¿Qué contienen los recipientes?
Las energías que habían estado hasta ahora orientadas a nuestro crecimiento exterior, se canalizarán a partir de este momento, en la dirección opuesta, potenciando nuestro crecimiento interior.
Este es un contenido muy importante de la carta.Aunque más importante aún es el símbolo de la mezcla correcta, como expresión de la unificación, tema esencial de esta última etapa del camino. Una vez que La Muerte ha disuelto las fronteras creadas previamente por el ego, sólo resta volver a unir lo que fue separado. Sin embargo, también simboliza la moderación, sensibilidad imprescindible para sobrevivir a los peligros que acecharán en el tramo de camino que aún queda por delante (El camino del héroe).
La guía de almas, que la carta personifica en un ángel, representa el conocimiento infalible del camino correcto. En la tradición cristiana, quien asume este papel es el arcángel Miguel, que en las pinturas de los maestros antiguos nos recuerda la prueba en la Sala de Maat. Un demonio intenta desequilibrar la balanza, pero Miguel lo aparta, devolviendo así el equilibrio (a la balanza y a los seres humanos). La imagen de los lirios es un elemento clave para hacer la interpretación de este arcano ya que, de acuerdo con la tradición griega, estas flores crecen allí. Debido a ello, el Hades era también llamado tierra de asfodelinas, que es un tipo de lirio. El iris, por su parte, lleva el nombre de la diosa griega Iris, mensajera de los dioses y conocedora del inframundo y es, al mismo tiempo, símbolo e indicio de su presencia. En la simbología cristiana, el lirio de oriente es considerado la flor de la pasión. Si tenemos en cuenta el tramo del camino en el que nos encontramos ahora, el paralelismo con la Pasión es evidente. Las cartas que van desde El Colgado (XII) a El Diablo (XV) muestran el camino de Cristo con la Cruz a cuestas. Ello concuerda con el Credo cristiano, que nos dice: "Fue crucificado, murió, fue enterrado y descendió a los infiernos..." Cabe recordar que la Biblia deja constancia de la existencia de un ángel en la tumba.
El Tarot sitúa al arcano de La Templanza entre La Muerte y El Diablo. La relación con El Diablo es fácil de comprender. Uno de sus significados es el exceso, en contraste con la moderación de La Templanza. De forma que la yuxtaposición de estas cartas es como un espejo de muchos procesos que, a menudo, comienzan partiendo de unas justas proporciones, pero que tarde o temprano, degenera en excesos. Sin embargo, cuando tomamos en consideración las dos cartas que la flanquean La Templanza, surge un mensaje inesperado. La Muerte significa partir, dejarse ir completamente con respecto a algo, en una actitud de renuncia o abstinencia absolutas. En contraste, El Diablo representa la avaricia y el exceso. Si La Templanza se encuentra justo en medio de estos dos temas, parece claro que la proporción adecuada está a medio camino entre la abstinencia y el exceso. Es por ello, justamente, resulta tan difícil practicar la moderación. Aquí tenemos pues, un importante mensaje de La Templanza: no abstenerse de nada y, al mismo tiempo, no depender de nada; no evitar nada, aunque tampoco desarrollar adicciones. Mantener esta actitud ante la vida es, ciertamente, mucho más difícil y más intensa que pasarnos rondando tontamente las cosas, sin involucrarnos, sin hacer demasiado, limitándonos a representar el papel del alumno modelo que sabe comportarse. Confiar en la guía de almas implica, por lo tanto, involucrarse en la vida, en cuerpo y alma, pero sin aferrarse a nada. (Hajo Banzhaf)

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